Dos Obras maestras

Miro la peli Un hombre y Una mujer de Claude Lelouch de 1966 y me parece una Obra Maestra

Cuando pasas un enamoramiento (sea el primero, el segundo o el tercero) pasas por un estado de euforia absolutamente único e inmejorable, vale la pena haber pasado por una situación así en la vida, vaya bodrio sin ese momento.
Asimismo el viaje en sí, cualquiera, o mejor si es por razones extralaborales, tiene un contenido emocionante, de sensaciones, viajar de noche, en invierno, en verano, amanecer conduciendo.
Los autos, todo lo que les rodea, incluida la competición.
Poner gasolina a medianoche. Encender un cigarrillo.
Las situaciones de paternidad, los niños.
Las playas. La nieve.
Los dramas vitales.
Todo eso hay que tener gracia para transmitirlo en la pantalla, que alguien, que pueda disfrutar de la película más tarde, reviva ese tipo de sensaciones, y, durante un tiempo, da igual que sean 110 minutos o 3 semanas, esté inmerso en esos diferentes estados.
Supongo que eso se hace con el adecuado uso de la fotografía, de esos cambios del color al blanco y negro, con determinada música que hace de hilo conductor y puede repetirse, no hace falta que pasen demasiadas cosas, pues lo que ocurre tiene más valor y más intensidad que cualquier otro tipo de historia que me puedan contar. Con unos actores que transmitan la química y la presencia adecuadas.
Los intentos de acercamiento con los movimientos para ir adentrándose en el juego amoroso han sido también expuestos de manera que me han transmitido todo ese vaivén de gestos, tímidos a veces, torpes en otras, atrevidos en ocasiones.
La escena de encuentro sexual, con algunos recuerdos al parecer, ha sido también bajo mi punto de vista lo suficientemente contenida como para dejar que cualquiera, tenga la sensibilidad que tenga, pueda dejarse llevar con su fantasía, llegando a donde quiera llegar, no a donde el director o la sociedad nos quieran conducir.
En definitiva que por un rato (el tiempo es algo relativo) vivas todo ese mar de sensaciones.
Siempre en las pelis ha de haber algo, algún giro, que fuerce un poco el desarrollo posterior, eso no importa y es normal y aceptable.

Un disfrute

También estoy leyendo el primero de los libros de la trilogía que comienza con El problema de los Tres Cuerpos.

He leído muchísima ciencia ficción, del Top-50 seguramente más de la mitad, excepto Dune que no hay manera que pase de la página 100. Pienso que es porque no es en sí o totalmente una novela de ciencia ficción hard, hay princesas, dinastías, emperatrices, príncipes casaderos y ese tipo de cosas, de ciencia ficción tendría eso de que las máquinas no fueron buena idea y la humanidad, tras una lucha tiró por el camino de eliminar máquinas y, mediante selección y ese tipo de cosas generaron como razas o especies con poderes o habilidades diversas, todo cogido por los pelos, más una historia que me recuerda a algo así como que el petróleo de arabia es de los árabes.

El Problema de los Tres Cuerpos es posiblemente la mejor novela de ciencia ficción que he leído, además, como ocurre con otras cosas (cine, música) la mejor ciencia ficción se escribió hace mucho tiempo, sobre las décadas 50-60 del siglo XX.

Esta novela es muy fresca y agradable de leer, el escritor es un chino muy inteligente, sabe mucho de tecnología y bastante de organizaciones políticas. Aquí se trataría el tema de las simulaciones, poco tratadas anteriormente a diferencia de otras temáticas, y se anticipa, y también trata lo relacionado con la vida inteligente extraterrestre y la teoría que acuñó el escritor y da título a la segunda novela de la trilogía El Bosque Oscuro.

la teoría del Bosque Oscuro dice que, si existe vida inteligente muy avanzada por ahí, en nuestra galaxia y otras, intentará mantenerse oculta, para evitar que otras civilizaciones puedan tener tentación de aniquilarlos por la necesidad de expansión de las especies y por supuestamente disponer de mejor tecnología.

La verdad que es fascinante y muy curioso que, con lo enorme que es el Universo, y pese a que la vida no surge fácilmente, y menos aún la vida inteligente, no tengamos ni rastro, haya un silencio sobrecogedor.

Salvo que vivamos en una simulación, cosa que no descartan muchos científicos.