Que envidia de aquellos habitantes , bien sean cultos o mejor que sean cultos, de la Alta Edad Media, cuyo conocimiento se ceñía en gran parte a los escritos religiosos, muy ajenos a la ciencia que estaba por venir en siglos posteriores y ni siquiera buscando se encontraba, que, por tanto, estaban seguramente convencidos de la existencia del más allá, y de, si se dedicaban a la oración, una vida infinita les esperaba en un lugar agradable, lejos de la mundanal podredumbre.
Fracking, bullying, moving en forma de esclavitud camuflada, problemas mentales, cambio climático, extinción del rinoceronte de Java o de Sumatra, violencia machista, microplásticos, guerras, inflación, tráfico de órganos o el precio de la vivienda son problemas de la actualidad con los que la izquierda hace bandera combatirlas, es el pack de la izquierda. Y la derecha, ¿qué pack tiene?, pues básicamente lo que puede atraer es que dicen que, con el crecimiento económico y la libertad todos esos problemas se solucionan. Los de derechas miran a Suecia, y los de izquierdas seguramente a algún utópico desconocido hasta la fecha, aunque también pueden mirar a Suecia. Los primeros miran a ella pensando que su alto nivel económico hace que vivan así de bien. Los segundos pensando que en ese país están más avanzados en temas sociales y son más sensibles a las causas de la izquierda.
Y hasta este punto hemos llegado, donde los cantos de sirena de la derecha nos llevan a que la gente tenga propensión a votar a la derecha, a una derecha muy escorada al límite de lo aceptable.
Y así, hemos ido progresando en temas sociales y en muchos otros temas, como la IA. ¿Hasta dónde llegará el progreso? Pues toda la pinta hace que hacia un abismo que conduce al vacío.