Diario de la pandemia – 13. Omicron, la esperanza

Tenemos la nueva variante que dicen los científicos que pasará a ser dominante y desbancará a la delta, que ahora azota europa.

Al parecer dicha variante, que no se sabe bien donde surgió (puede que en Europa o EEUU) pero que fue descrita en Sudáfrica, es más contagiosa y/o más resistente a vacunas e inmunidad previa al virus es muy posible que tenga una ventaja, y es que sea sea poco letal, similar a un resfriado.

Esta era una de las posibilidades que, los expertos, al inicio de la pandemia planteaban. El virus podría no marchar nunca pero hacerse más benigno, pues al virus le interesa ser muy contagioso pero no ser demasiado letal.

De momento primero estudios afirman que podría tratarse de un virus que pueda habr estado en algún inmunodeprimido durante largo tiempo, que en el mismo huésped haya convivido con otro coronavirus de los habituales de los resfriados y se haya hibridado en parte.

Podría ser el inicio del fin.

De todas formas en estos asuntos el azar juega, como en tantas cosas, de forma aparatosa, con lo que la evolución puede ser una incógnita.

Pero efectivamente Omicron puede ser el inicio del fin, suena potente el nombre, y así, negacionistas y realistas seguiremos nuestra convivencia normal hasta la próxima, sea la que sea.

No sé si un negacionista es alguien que tiene un negocio afectado por los efectos de las medidas anticovid, si es un miedoso al que no le gusta la realidad, si es un caradura que gana dinero y protagonismo propagando bobadas, si es alguien acomplejado que necesita ser más importante que un científico con años de estudio, si sigue las consignas de alguna ideología política, o simplemente es tonto.

Para mí si queremos conocer sobre la virulencia del virus hemos de preguntar a los sanitarios que trabajaban por ejemplo en hospitales de Madrid en marzo y abril de 2020.

Y, si había descartes en los triajes (sedarlos y que mueran) en esa época, entiendo que los negacionistas ven adecuado que se haga lo propio con sus madres caso de necesitar ser atendidos en urgencias o en las ucis de los hospitales, pues, en el mundo que conozco y me rodea, se atiende a mayores y a enfermos terminales en dichos centros e instalaciones. Es un escenarios bastante perverso.